San Donaciano Leto
Celebrado el 6 De Septiembre
Santos Donaciano, Presidio, Mansueto, Germán, Fúsculo y Leto, obispos mártires
Conmemoración de los santos Donaciano, Presidio, Mansueto, Germán y Fúsculo, obispos de Africa, los cuales, en la persecución bajo los vándalos, siendo rey el arriano Hunerico, fueron cruelísimamente apaleados y desterrados por confesar la verdad católica. También estaba con ellos Leto, obispo de Nepte, en Bizacena, varón valiente y doctísimo, quien, después de sufrir una larga e inmunda prisión, fue quemado vivo.
En el año de 484, Hunerico, rey arriano de los vándalos, ordenó que todas las iglesias cristianas del África fuesen clausuradas, y confiscados los bienes del clero para entregarlos al pueblo africano. Por mandato real, se congregaron los obispos en el palacio y entonces fueron conducidos lejos de la ciudad y se les ordenó que marcharan solos hacia el destierro. Frente a las puertas de la ciudad, el rey Hunerico se encontró con un grupo numeroso de cristianos que habían acudido a protestar por la injusticia. «¡ Aplastadlos con los caballos!», dijo a los guardias montados que le seguían; esa fue toda la respuesta que dio a los quejosos.
Allí mismo Donaciano y otros cuatro obispos de la provincia de Bisaseno, fueron brutalmente golpeados y, en estado lamentable, se les condujo al desierto, donde quedaron abandonados para morir de hambre y sed. San Leto, obispo de la Leptis menor, a quien el Martirologio Romano llama «varón valiente y doctísimo», y que se había ganado la enemistad de Hunerico por su enérgica oposición al arrianismo, fue encerrado en un calabozo estrecho, oscuro y pestilente, del cual lo sacaron al cabo de dos meses para quemarlo vivo. Estos fueron algunos de los primeros mártires de la persecución.
Ver Acta Sanctorum, sept, vol. II, donde se hace referencia a la «Historia persecutionis provinciae Africanae», de Víctor di Vita, pero es difícil identificar los nombres puestos en el Martirologio.
..................................
Santos Donaciano y Leto
En el año 484, Humerico, rey arriano de los vándalos, ordenó que todas las iglesias cristianas del Africa fueran clausuradas y confiscados los bienes del clero para entregarlos al pueblo africano. Por mandato real, congregaron a los obispos en el palacio, siendo conducidos lejos de la ciudad, y ordenados a que marcharan solos hacia el destierro. Ante tal injusticia, Donaciano y otros cuatro obispos de la provincia de Bisaseno, reunieron a numerosos cristianos para protestar frente a las puertas de la ciudad; el rey Humerico furioso por la revuelta, ordenó a sus soldados a matar y "aplastar" a los quejosos. Donaciano y los cuatro obispos fueron brutalmente golpeados y, en estado lamentable, se les condujo al desierto, donde quedaron abandonados para morir de hambre y sed.
San Leto, Obispo de la Leptis Menor, considerado "un hombre celoso y muy sabio," y que se había ganado la enemistad de Hunerico por su enérgica oposición al arrianismo, también fue encerrado en un calabozo estrecho, oscuro y pestilente, del cual lo sacaron al cabo de dos meses para quemarlo vivo